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Aumenta la inestabilidad política en Paraguay

porLBenLMD

 

Asunción es el centro de tensiones que exceden la gravitación de ese pequeño y empobrecido territorio. En el marco de una profunda crisis, en Paraguay se resumen hoy las claves de una situación regional que oscila y vacila, mientras encumbradas voces hablan de guerra civil y retorna el fantasma de la intervención militar extranjera.

Guerra civil, intervención militar extranjera, son conceptos presumiblemente ajenos para los habitantes del Cono Sur de América Latina y aplicables sólo a países distantes. Es un signo a tener en cuenta que hayan comenzado a resonar en referencia a Paraguay.

«Los obispos de Paraguay alertaron al presidente Luis González Macchi que se están dando los síntomas preliminares de una revolución civil, similar a la de 1947″informaba un diario asunceño al que se supone próximo a las posiciones del general Lino Oviedo -actualmente detenido en Brasil- mientras arreciaban los rumores de golpe de Estado(1).El otro matutino de la capital paraguaya, opuesto en todo al anterior, reconocía al día siguiente: «Monseñor Pastor Cuquejo reiteró ayer que efectivamente podría darse una guerra civil, a partir de las explosiones sociales que están ocurriendo en nuestro país»(2).

La alarma hizo eco, aunque algo tardío, en Buenos Aires, antigua metrópoli celosa y temerosa de aquel Paraguay desarrollado e independiente del siglo XIX: «Hoy los principales sindicatos se reunirán para definir el inicio de una huelga general contra la política económica del gobierno y para exigir un aumento del 20% en el salario mínimo»(3).

Simultáneamente se informaba del arribo anticipado de efectivos militares estadounidenses, avanzada de un contingente de 400 que, con otros tantos soldados de países latinoamericanos -entre ellos Argentina- se emplazaron en la ciudad de Concepción, cercana a la frontera con Brasil, donde a partir del 1 de abril y hasta el 30 de junio desarrollarán maniobras militares encuadradas en el operativo denominado «Nuevos Horizontes»(4).

 

Los detonantes

Esta situación se daba en las vísperas de la marcha campesina que, como desde hace ocho años, lleva a Asunción la demanda de la clase social más relevante y a la vez más postergada del país y en el marco de un pico extremo de la permanente crisis en la que vive el gobierno del presidente Luis González Macchi. La debilidad del actual gobierno parte de su origen5 : González Macchi asumió luego del asesinato del vicepresidente Luis María Argaña y la destitución del presidente Raúl Cubas Grau, acontecimientos ocurridos en el marco de la movilización campesina de 1999. Un año después hubo comicios para elegir vicepresidente y resultó electo Julio César Franco, el candidato del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), que poco antes había abandonado la coalición gobernante. Absurda en sí misma, la existencia de un Vicepresidente respaldado por una elección frente a un Presidente apoyado sólo en una de las innumerables facciones del tradicional Partido Colorado, recrudeció este año con motivo de la nueva marcha campesina y de un factor adicional que en realidad transformó y aceleró el carácter de la crisis política paraguaya: González Macchi se alineó con Brasil en la pugna de este país por revitalizar el Mercosur, mientras Franco, cuyo partido no oculta sus conexiones con la embajada estadounidense, propugna la inmediata consumación del ALCA (Alianza de Libre Comercio de las Américas).

 

Perfil de las fuerzas en pugna

En la tarde del martes 13 de marzo, horas antes de que arribaran a la capital paraguaya los contingentes de sin tierra y pequeños productores agrícolas que desde todo el país marchaban hacia Asunción convocados por la Federación Nacional Campesina (FNC), llegó a la redacción de Le Monde diplomatique la reproducción facsimilar de un comunicado oficial del Comando de las fuerzas militares cuyo texto no requiere explicaciones: «Comunicado Nº 32

El comando de las fuerzas militares informa a la ciudadanía en general que por directiva emanada del excelentímo señor presidente de la Repúbica (…) las unidades militares permanecerán en apresto operacional y en condiciones de poner en ejecución planes de contingencia, a partir de las 18 horas del día de hoy y hasta nueva disposición, a fin de cooperar con las fuerzas policiales si fuera necesario, durante el desarrollo de la marcha campesina prevista para el día miércoles 14 del corriente».

Minutos después recibimos la réplica de la FNC, un documento inusual que en uno de sus párrafos señala: «No somos una amenaza a nuestra integridad territorial ni a nuestra soberanía, somos el sector mayoritario de la nación paraguaya (…) De mantenerse estos Aprestos Operacionales, necesariamente debemos concluir que la mayoría del pueblo paraguayo son fuerzas extranjeras o que la minoría armada responde a intereses de otra nación. Por si no están enterados, les informamos que más de 400 militares de otro país se encuentran movilizándose libremente en nuestro territorio, específicamente en el Departamento de Concepción; y probablemente tanta preparación y solemnidad sería mejor aprovechada en relación a la presencia de ellos y no a una marcha de paraguayos»(6). Declaración de la Federación Nacional Campesina.

Carta abierta a las fuerzas militares

«La Federación Nacional Campesina ante el comunicado Nº 32 de las fuerzas militares, expresa cuanto sigue:

a) que la marcha campesina para el día miércoles 14 del corriente está compuesta en su totalidad, desde la dirigencia hasta el último niño que estará presente, por paraguayos que están aportando día a día con su trabajo y esfuezo a nuestra nación; es claro que es la parte más sufrida y la más expoliada de esta nación, pero la que mantiene la dignidad (que falta a muchos de los gobernantes), para que defendiendo el pan de cada día y otros derechos de los cuales fuimos despojados planteamos la lucha por la soberanía nacional como centro. Soberanía que mantuvimos hasta el año 1870 y que para despojarnos, ejércitos extranjeros tuvieron que llegar hasta el genocidio de nuestro pueblo. Resultado del mismo, hasta hoy todo el pueblo sufre la barbarie del latifundio, la vergüenza de la dependencia y la humillación de la miseria. En ese sentido, (aunque ya nada nos sorprende), el comunicado Nº 32 de las fuerzas militares en su actitud nos parece muy similar a la de esos ejércitos que no dudaron en destruir nuestra nación para liquidar nuestra soberanía;

b) Aunque ya lo aclaramos muchas veces, la FNC es una organización de masas compuesta por pequeños, medianos productores y sin tierra con una política propia que tiene como base: Primero, que las conquistas de los pobres es resultado de la lucha de los mismos; Segundo, que la única fuerza que podrá transformar las condiciones políticas, sociales y económicas perversas de nuestro país es la unidad de la clase obrera, el campesinado y todos los sectores mayoritarios que sufren la miseria; Tercero, que la lucha del campesinado entronca con nuestra historia de independencia y se proyecta hacia un futuro digno sin amos de adentro ni de afuera y con justicia social.

c) Por lo tanto, Señores Oficiales de las Fuerzas Militares, no somos una amenaza a nuestra integridad territorial ni a nuestra soberanía, somos el sector mayoritario de la nación paraguaya por lo cual no hay ninguna necesidad de aprestos operacionales ni preparar planes de contingencia. De mantenerse estos Aprestos Operacionales, necesariamente debemos concluir que la mayoría del pueblo paraguayo son fuerzas extranjeras o que la minoría armada responden a intereses de otra nación. Por si no están enterados, les informamos que más de 400 militares de otro país se encuentran movilizándose libremente en nuestro territorio, específicamente en el Departamento de Concepción; y probablemente tanta preparación y solemnidad sería mejor aprovechada en relación a la presencia de ellos y no a una marcha de paraguayos;

d) Una vez más, aclaramos que la FNC, dirigencias y bases no somos rehenes de una «democracia» formal que mantiene al pueblo en la miseria y gobierna para la minoría explotadora y mucho menos instrumentos de alguna que otra fracción de la minoría explotadora y mucho menos instrumentos de alguna que otra fracción de la minoría golpista que manipulando las necesidades del pueblo intentan tomar el gobierno.

Esta carta, Señores, no es porque estamos asustados, ni para justificarnos ante ustedes. Tiene la única intención de dejar clara la posición de la FNC ante el pueblo y la historia

La lucha continúa… Venceremos

Eladio Flecha, presidente

Alberto Areco, Secretario de Organización

Asunción, 13 de marzo de 2001.

 

Durante las movilizaciones de 1999 y de 2000, la FNC logró eludir las maniobras que intentaban capitalizar la masiva presencia campesina a favor de una u otra de las fracciones en pugna por el poder. Y en ambos casos aprovechó para arrancar importantes concesiones al gobierno, que redundarían en un fortalecimiento de esta organización. Pero en esta oportunidad la FNC fue más allá. Dejó sentado que «no somos rehenes de una democracia formal que mantiene al pueblo en la miseria y gobierna para la minoría explotadora, y mucho menos instrumento de alguna que otra fracción de la minoría golpista que manipulando las necesidades del pueblo intenta tomar el gobierno»(7). Pero simultáneamente y a través de la fuerza política hegemónica en esta organización campesina de masas, el Partido Popular Revolucionario Paraguay Pyahurá (PPRPP), lanzó la alternativa de «Un gobierno patriótico de emergencia nacional».

Consultado por «el Dipló», el secretario general de este partido, Eris Cabrera, sostuvo que «No se puede tolerar más esta situación. Sin excepción, los políticos de la oligarquía deben ser desalojados del poder por medio de la presión popular. Los campesinos, los obreros, todos los sectores oprimidos, tenemos que constituir un gobierno patriótico de emergencia y llamar a verdaderas elecciones, no a esta farsa que denominan democracia» . Cabrera agregó que en su país se percibe como nunca antes la confrontación entre representantes de grandes intereses estadounidenses y europeos. «El Citicorp acaba de denunciar falta de garantías en las privatizaciones y se retiró de las negociaciones, mientras que bancos de Alemania y Holanda sostienen que todo está muy bien. Es curioso que al mismo tiempo Estados Unidos manda tropas militares para hacer maniobras en nuestro territorio» , agregó el dirigente paraguayo.

 

Una solución inestable

En la noche del miércoles 14, mientras decenas de miles de campesinos se retiraban de Asunción tras una impresionante demostración de fuerza y sin que se produjera ningún incidente, González Macchi anunciaba la recomposición de su gabinete y un nuevo plan económico cuyas medidas se conocerían el viernes (en significativa concidencia con los anuncios en Buenos Aires). Se espera una devaluación de la moneda. González Macchi prometió al presidente y al secretario de organización de la FNC, Eladio Flecha y Alberto Areco, inversiones de 200 millones de dólares para elevar del 5 al 30% la industrialización de la cosecha de algodón. Ambos dirigentes ingresaron a la casa de gobierno protegidos con chalecos antibalas y se retiraron para anunciar a la asamblea el compromiso del Presidente.

Otra cosa es que éste pueda cumplirlo: el domingo 18 el PLRA realiza una reunión especial de sus autoridades para definir si reclama o no la inmediata renuncia del presidente y la asunción de Julio César Franco.

  1. «Alerta episcopal sobre ciertos síntomas de una guerra civil» ; «ABC Color» ; Asunción, 05-03-01.
  2. «Reafirman posible choque armado» ; «Noticias» , Asunción, 06-03-01.
  3. «Se agrava la tensión en Paraguay con una ola de protestas» ; «La Nación» , Buenos Aires, 12-03 01.
  4. «Genera suspicacias presencia de militares norteamericanos» ; «ABC Color» , Asunción, 06-03-01.
  5. Luis Bilbao, «Un pequeño país desbordado» , Le Monde diplomatique Edición Cono Sur, marzo de 2000.
  6. El texto íntegro es el siguiente:
  7. Ibíd.

 

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