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Crisis, ideas y confusiones

PorLBenAXXI

 

«Niños del mundo,
si cae España -digo, es un decir-
si cae…»
César Vallejo

“Si cae España es un desastre”
Nouriel Roubini

César Vallejo no preveía un colapso económico. Corría 1937; el hondo poeta peruano intuía la derrota de la Revolución española y escribía su “Homenaje a los voluntarios de la República”: España, aparta de mí este cáliz; un canto de obligada lectura.
Tres cuartos de siglo después, sin belleza, sin generosidad ni pasión, el alerta proviene de oscuros analistas, consultoras y medios de difusión masiva: “si cae España…”
El temor, análogo en ese sentido al de Vallejo –aunque tan distante– es la onda expansiva de ese derrumbe. El “si cae España” de Vallejo adelantaba la posibilidad de un inmenso retroceso de la revolución mundial, por entonces en auge desde la victoria en Rusia. Hoy las campanas doblan por el capitalismo: “Si cae Grecia es un problema, si cae España es un desastre … España es demasiado grande tanto para caer como para ser rescatada … podría ser una amenaza para la cohesión monetaria europea … podría producirse una ruptura del euro”, trastabilla Nouriel Roubini, economista estadounidense ante el Foro Económico Mundial de Davos. Para morigerar el pronóstico agrega que eso no ocurrirá este año pero insiste: “es un riesgo creciente”. Esa tregua la imagina el economista porque Li Keqiang, vicepriministro chino, en visita a Madrid a comienzos de enero, se comprometió a comprar 6 mil millones de dólares en deuda pública española. Además la edad jubilatoria pasó a 67 años. Dos gotas en el mar de incertidumbres que azota al imperialismo europeo con epicentro circunstancial en Madrid: si el sistema financiero español se desploma, es imposible rescatarlo.
No tanto por el tamaño del país, sino porque la Unión Europea no está en condiciones de repetir lo hecho en Grecia e Irlanda: con un desempleo estimado en 11,7% para el año en curso, un crecimiento del producto bruto estimado en 0,7% durante 2010 (después de una caída del 4% en 2009, prolongada el año pasado en Gran Bretaña con un -0,5%) y un endeudamiento oficial general estimado en 83,7% en relación con el PBI de 2011, Bruselas tiene las manos atadas. Resta rezar para que en España las 700 mil nuevas casas sin comprador, el 20% de desempleados, el deterioro del 33% en la competitividad comparada con Alemania, el déficit fiscal cercano al 10% y otros tantos índices ominosos, puedan ser manejados a través de ajustes y austeridad por el gobierno socialdemócrata.

 

USA peor

En un discurso de 7 mil palabras Barack Obama no logró hallar las apropiadas para el diagnóstico y tratamiento de la economía estadounidense en su informe anual sobre el Estado de la Unión. Aparte las promesas y los lastimeros llamados a la unidad de ambos partidos, el presidente estadounidense se limitó a anunciar recortes de gastos y otras medidas para detener el fabuloso déficit fiscal estimado en 2,6 billones (millones de millones) de dólares para este año, casi un 10% del PBI (casualmente el índice de España). La promesa para crear los puestos de trabajo -que no cesan de caer, incluso con el repunte económico registrado el año pasado- consiste en dar créditos a pequeñas empresas. La utopía del capitalismo retrasado, ahora como teoría del imperio. The Washington Post sentenció: “La realidad, y Obama lo sabe, es que el país se dirige hacia un catástrofe fiscal a menos que haga cosas que no son populares políticamente: terminar con los recortes fiscales de Bush, incluyendo los de la clase media, reducir los beneficios de los futuros jubilados, exceptuando los de los pobres y de los inválidos, controlar el costo del sistema de salud y limitar las deducciones que se pueden hacer a los impuestos a los ingresos”. El gran diario propone este futuro luminoso para evitar “la catástrofe”.
Obama no aludió a los inexorables efectos que sufriría la economía estadounidense “si España cae” y llega “la ruptura del euro”. Tampoco aludió a los signos preocupantes de la banca china por el exceso de crédito sin calce fronteras adentro. Pero aquí la prudencia de Obama se entiende: Washington debe a Beijing unos 3 billones de dólares.

 

América Latina

Frente a este panorama, el último recurso de la pseudoteoría económica es aferrarse a la idea de que, sí, todo aquello anda muy mal, pero los denominados “países emergentes” están desacoplados y, más aún, constituyen la salvación del capitalismo mundial. A la vanguardia de este dislate están los políticos e intelectuales reformistas, azuzados por aquellos que saben, pero necesitan que esta ilusión gane espacio. Habrá que dar también esta batalla de ideas. Mientras tanto, corresponde redoblar esfuerzos por lograr un escudo de protección ante la debacle capitalista, incentivando bloques monetarios autónomos y avanzando a todos los niveles en la convergencia suramericana, que con la formación de la Celac (Comunidad de Estados latinoamericanos y caribeños), prevista para julio próximo en Caracas, alcanzará una nueva y más elevada plataforma. Para minar esa posible gran base objetivamente enfrentada con el imperialismo, entre otros propósitos, viajó al Sur recientemente el subsecretario de la cancillería estadounidense, Arturo Valenzuela. No logró lo que buscaba en Buenos Aires. Aunque tal vez alentado por la idea de un mundo regido por los “emergentes”, el canciller argentino Héctor Timerman lo despidió diciendo que “Argentina acepta un tratado de libre comercio, pero si Estados Unidos lo firma con el bloque del Mercosur, como el que estamos negociando con la Unión Europea”. Sepultado en Mar del Plata en 2005, el Alca no podrá renacer. Falta enterrar la idea de que el capitalismo ofrece un futuro a la humanidad.
(Ver el discurso de Obama el 24 de enero y la Memoria y cuenta de Hugo Chávez nueve días antes, en esta misma edición y en www.americaxxi.com.ve)

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