De Pedro Orgambide
Editorial: Sudamericana
Cantidad de páginas: 208
Lugar de publicación: Buenos Aires
Fecha de publicación: Mayo de 2002
Hay quien supone que todo buen libro es escrito en el momento adecuado y leído cuando es necesario. Si no es siempre verdad, el aserto cuadra en el caso de El maestro de Bolívar. No podría ser más oportuna la reivindicación de esta figura desconocida –acaso por sus enormes dimensiones en su triple condición de rebelde, científico y maestro– capaz de imaginar para América Latina un destino aún inalcanzado, que vive hoy una instancia crucial precisamente en la tierra de Bolívar.
Pedro Orgambide repite en esta obra la práctica de escribir sin apego a un género literario definido. Presentado como novela, este libro es en realidad una biografía, que apela a la ficción, a la historia y al ensayo político con la plasticidad como única constante. Bien es verdad que la “novela histórica” ha dado lugar, sobre todo en los últimos tiempos, a muestras de arbitrariedad y oportunismo. Pero ni una sola línea aquí, aun en las ostensibles fugas hacia la ficción pura, tergiversa o fuerza la rigurosa investigación histórica que tiene detrás.
Literatura, entonces, puesta al servicio de una lección de historia y de vida, hoy como nunca actual y necesaria, sobre todo para los jóvenes, ahogados con textos de renuncia, cálculo mezquino y ausencia de otro horizonte aparte el del individuo aislado.
Simón Rodríguez, ante todo caminante y maestro, dedicó su vida al estudio y la investigación científica. Y en todo momento, en cualquiera de los muchos países donde vivió y trabajó, mantuvo su compromiso con la libertad. “Cambié de idiomas, de mujeres y de actividades”, le hace decir Orgambide a Rodríguez, en una síntesis de su vida intensa. El autor suelta con destreza, a lo largo de la narración, nociones y consignas acuñadas por este personaje novelesco, a menudo tildado de loco, para rescatarlo como pensador político original y hondamente latinoamericano: “el tiempo es el lugar de la acción”, “la fuerza material está en la masa, y la fuerza moral en el movimiento”, “nada es constante en el mundo, sólo la variación”, “inventamos o erramos”. Frases como látigos del tipo “no somos hijos de la vieja cultura, sino aprendices y forjadores de una nueva manera de observar el mundo”; “no soy el maestro del indio. Soy el indio que se transforma en su maestro”; “los europeos inventan medios para reparar un edificio viejo, por no tener dónde hacer uno nuevo”; “algunos alegan su derecho a la libertad personal para eximirse de toda especie de cooperación al bien general”, que permiten al lector aprehender el núcleo de una vasta obra, recientemente reeditada en dos gruesos volúmenes (1).
Pero acaso el valor más destacado de este libro es que, al exponer la vida de Rodríguez, pinta la figura de Simón Bolívar y recorre la historia de la lucha por la emancipación americana. Por momentos, el lector dudará si está leyendo historia o una crónica de nuestro tiempo. Y cerrará el libro con un sentimiento de gratificación, de vergüenza y, acaso, también de rebeldía.
1 Simón Rodríguez, Obras Completas.
Tomos I (520 págs.) y II (550 págs).
Presidencia de la República, Caracas, junio de 1999.