De Selección y prólogo de Luciano de Privitellio y Luis Alberto Romero
Editorial: Aguilar
Cantidad de páginas: 450
Lugar de publicación: Buenos Aires
Fecha de publicación: Junio de 2000
Observar la historia argentina a través de una recopilación de discursos de sus protagonistas destacados es una propuesta atrayente. Pero si quien toma este libro en sus manos es propenso a dejarse desvelar por el pasado y el presente de este país, entonces la atracción se transforma en magnetismo y el lector no podrá alejarse de estas páginas a través de las cuales es posible escuchar desde Castelli y Monteagudo hasta el actual presidente en el discurso de asunción de su cargo.
Con un breve prólogo y concisos textos que introducen y contextualizan cada discurso, los compiladores facilitan el recorrido, que incluye documentos como el Manifiesto Liminar de los estudiantes cordobeses de 1918, entre otros.
Dado que protagonismo destacado, probidad y talento no van necesariamente uno con otro, la recopilación incluye materiales detestables, aunque no por ello menos necesarios para observar y comprender el decurso -o la caída, si se prefiere- de la historia argentina. Sin embargo el encuentro con textos cargados de inteligencia y pasión de tantos y tan desconocidos pensadores y luchadores es una honda gratificación, más allá de adscripciones ideológicas.
Puesto que son tantos, no cabe mencionar a ninguno. Pero son observables sí algunas ausencias a la vez sorprendentes y significativas. José de San Martín, por ejemplo; o Juan Bautista Alberdi; figuras harto aludidas en textos de historia pero ignotas en su papel real y poco menos que desconocidas para jóvenes a quienes este libro servirá, de todos modos, como valioso instrumento.
Otra incógnita presenta la reducción de la palabra obrera en la historia nacional a las voces de José Domenech (1936) y Saúl Ubaldini (1985). Extraña que para hacer inteligible el pasado y el presente no se haya incluido, como mínimo, a Germán Ave Lallemant, el fundador del movimiento obrero de Argentina; el desgarrado discurso de José Peter, cuando por orden del Partido Comunista -orden a su vez emanada de la cúpula soviética- levantó la huelga de los obreros de la carne contra frigoríficos ingleses durante la Segunda Guerra Mundial (dato crucial para entender el posterior vigor del peronismo); o alguno de los célebres pronunciamientos de Agustín Tosco, que en los años 1960 y 70 proponían otro destino al país.
Como quiera que se interpreten estas omisiones, se trata de un libro necesario y placentero, recomendable sobre todo para desmentir a quienes sospechan que la política siempre estuvo en manos de personas incultas, ineptas y corruptas.e todo para desmentir a quienes sospechan que la política siempre estuvo en manos de personas incultas, ineptas y corruptas.