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Constituyente: rotunda victoria de la Revolución Bolivariana

Caracas, 30 de julio, 0,30 hs.- Ocho millones 89 mil 320 ciudadanos y ciudadanas votaron hoy para elegir diputados constituyentes. Es el 41,53% del padrón total de votantes habilitados, sobre el cual en elecciones normales hay entre 25 y 30% de abstención.

A las 11.55 el Consejo Nacional Electoral entregó la información oficial sobre los resultados de una jornada precedida por tres meses de violencia creciente y una escalada nacional e internacional para que los comicios no se realizaran.

Se trata de un éxito político de magnitud para el presidente Nicolás Maduro y su gobierno. A partir de la media tarde estaba claro que los ríos humanos volcados a las calles para ejercer un derecho que grupos violentos armados y financiados por las cúpulas derechistas, significaba un cambio en las relaciones de fuerza a favor de la Revolución Bolivariana y una costosa derrota para la derecha, en particular sus sectores abiertamente fascistas.

Fueron elegidos 545 diputados (8 de ellos, indígenas se elegirán el martes 1 de agosto)encargados ahora de redactar una nueva Constitución. La oposición se negó a participar y llamó al boicot, aunque algunos de sus miembros terminaron por presentarse como candidatos. Dentro de las 72 horas siguientes a su proclamación comenzará a funcionar la Asamblea Nacional Constituyente. Lo hará en el bello palacio legislativo federal, el mismo lugar donde funciona –o debería funcionar, porque desde hace semanas no lo hace- la Asamblea Nacional que desde diciembre de 2015 tiene mayoría opositora.

Dos poderes bajo un mismo techo. Inédita forma de doble poder, insinuada a comienzos de 2016, aunque no prosperó. Ahora plasma en una escala y en un grado incomparablemente superior al que era posible en aquel entonces. Queda para la historia y el debate teórico la pregunta respecto del acierto o desacierto de haber permitido la incalculable labor destructiva de la oposición durante este período que hoy terminó.

Contra cualquier interpretación del derecho internacional y, más aún, en choque frontal con el más ramplón sentido común, además sin antecedente alguno en la historia de las relaciones internacionales, Estados Unidos y un puñado de gobiernos exigieron primero que Maduro desistiese de su llamado a Constituyente y llegaron al extremo de anunciar que no reconocerían el resultado de la elección. Las argumentaciones, como se verá en próximos despachos, desafían la lógica formal y apelan a burdas mentiras en el intento de hallar fundamentos para una agresión sin precedentes. Habrá que ver si, con este respaldo, el fascismo que en últimos 110 días provocó más de un centenar de muertes y pérdidas materiales hasta ahora no cuantificadas, se atreve o no a seguir con acciones terroristas, que incluyen el atroz método de quemar vivas a 29 personas, 9 de las cuales fallecieron.

Lo cierto es que hoy comenzó una nueva fase de la Revolución Bolivariana. Equivale a poner fuego a una mecha cuya otro extremo acumula una inconmensurable carga social explosiva en toda la región, a comenzar por la vergonzosa y deplorable vanguardia que tras las órdenes de Washington pretende acabar con el ejemplo de la tortuosa pero sistemáticamente exitosa transición al socialismo en Venezuela.

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