De György Lukács
Editorial: Herramienta
Cantidad de páginas: 190
Lugar de publicación: Buenos Aires
Fecha de publicación: Octubre de 2003
Puede parecer anacrónico publicar en estos tiempos una recopilación de textos de Lukács, el célebre marxista húngaro. No lo es, por más de una razón. Ante todo porque las hondas conmociones en curso en todo el mundo –y específicamente en Suramérica– ponen de nuevo a la orden del día temas que una rara combinación de superficialidad y cobardía enviaron prematuramente al desván (en primer lugar el tema del poder, de la organización capaz de alcanzarlo y sostenerlo y de la relación de ésta con las clases sociales). Pero también porque replantea una cantidad de temas polémicos en las filas multifacéticas de quienes se reivindican marxistas. Entre ellos la revalidación –o no– de la dialéctica materialista, el lugar de Engels en la conformación del corpus teórico marxista, la llamada “filosofía de la praxis”, o los entrelazamientos entre clase obrera, conciencia y partido revolucionario.
Lukács es una figura singular. En 1919 se unió al PC de Hungría y poco después sería ministro de Cultura del efímero régimen de Bela Kun. Crítico literario y dueño de una vastísima cultura, fue sin embargo defensor del realismo socialista. Es autor además en los años 1920 de una obra de relieve, Historia y conciencia de clase, cuyas tesis dominantes autocriticaría luego por haberla concebido “en términos puramente hegelianos”, errando en la naturaleza de la relación objeto-sujeto y confundiendo objetivación con alienación, lo cual daría lugar, según sus palabras, “a una construcción puramente metafísica”. Por ese entonces, se oponía fieramente a Lenin desde la izquierda en las filas de la recién fundada Internacional Comunista. El Lukács maduro, tomada ya distancia filosófica del idealismo, se lamenta de que “son precisamente aquellas partes del libro que yo veo teóricamente falsas las que han tenido mayor influencia”. Por ejemplo, aquello que se daría en llamar “filosofía de la praxis”.
Esta recopilación no da cuenta de tales debates pero tanto el “Testamento” mismo (penoso alegato contra Trotsky destinado a recuperar la afiliación al PC), “Las tareas de la filosofía marxista en la nueva democracia”, “Más allá de Stalin”, o el intercambio de cartas con János Kádár, permiten adentrarse en ellos a condición de recuperar el contexto histórico y el tenor de los debates teóricos y políticos que atravesaron el pensamiento revolucionario durante la prolongada y prolífica vida de Lukács.